Enaltecimiento del terrorismo

Marlaska ordena «perfil bajo» a la Guardia Civil en Alsasua ante la fiesta proetarra contra la policía

Guardia Civil Alsasua
Ospa Eguna de una edición anterior.
Pelayo Barro

La localidad navarra de Alsasua celebra este sábado la fiesta del Ospa Eguna, la ya tradicional jornada de protesta abertzale contra la presencia de la Guardia Civil en el municipio. Una convocatoria que tanto las víctimas del terrorismo como los propios agentes consideran una incitación al odio, pero que el Gobierno de Pedro Sánchez y el navarro de María Chvite permitirán amparándose en la «libertad de expresión». De hecho, desde la Dirección General de la Guardia Civil y desde el Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska han llegado órdenes precisas: mantener un «perfil bajo» en las actuaciones policiales incluso aunque medien provocaciones.

«Perfil bajo». Con esas órdenes saldrán los agentes de la Guardia Civil a custodiar el Ospa Eguna de este año en Alsasua.  Una cita a la que la izquierda abertzale llega envalentonada tras la cascada de acercamientos de presos firmada por el Ejecutivo socialista, entre los que se encuentran los sanguinarios Javier García Gaztelu, Txapote, y Henri Parot. Entre los dos suman 53 asesinatos y más de 5.000 años de cárcel, de los que tan sólo cumplirán, como mucho, 30.

En Alsasua, como todos los años, la izquierda abertzale ha preparado un pasacalles-manifestación en la que parte de los asistentes van disfrazados de agentes de la Guardia Civil o de militares de forma despectiva.

Sin embargo, y pese a que la Guardia Civil ha denunciado que de estos actos se han derivado otros mucho más graves -como la agresión a dos agentes el 15 de octubre de 2016-, tanto el Gobierno como la Delegación han permitido que se celebre. Y lo hará sin interferencias por parte de los agentes que custodien los actos en Alsasua, tal y como se les ha ordenado, según confirman fuentes de la Guardia Civil de Navarra.

Evitar detenciones

La instrucción básica es mantener un «perfil bajo», es decir, evitar cualquier intervención a no ser que sea estrictamente necesaria. Ni siquiera en caso de que haya lemas o pancartas que claramente inciten al terrorismo: en ese caso, han instado a los agentes a «remitirse posteriormente a las imágenes que se graben» para identificar a los presuntos infractores, pero «nunca interpelarles personalmente» in situ ni menos practicar detenciones, explican.

Esta festividad proetarra se celebra desde hace 11 años, ante la total pasividad de las autoridades. Los violentos claman también por la expulsión de la Guardia Civil de Navarra, con burlas e insultos de todo tipo. En esta ocasión, la organización corresponde al colectivo juvenil GKS, una escisión radical de las juventudes de Bildu.

El pasado mes de agosto, el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) denunció la celebración del Día del preso en una de las carpas de las fiestas de Vitoria, donde los proetarras organizaron un brindis por los asesinos de ETA y colocaron una pancarta exigiendo su impunidad.

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